"-Sí, dentro de la jaula de mi cerebro está preso un pájaro azul que quiere su libertad... Y repetía el poeta: Creo que siempre es preferible la neurosis a la imbecilidad."

lunes, 6 de enero de 2014

Todos los guerrileros son poetas

Él es un poeta de esos que te encuentras cualquier día de la semana en algún bar del centro a media noche bailando con sus botas negras, las penas bien ajustadas y bebiendo dos, tres, seis, quizá veinte tragos de ron cubano mientras discute textos bakunianos. Es uno de esos poetas que tiene los ideales hasta el cielo y las palabras cursis guardadas en la bolsa trasera del pantalón . Él no hace poesía en cuadernos ni con rosas, la hace con sus movimientos, . Es uno de esos poetas que no se cansa de escupir poesía bailando, cantando, gritando,durmiendo y haciendo el amor.

viernes, 3 de enero de 2014

A veces.

A veces me pongo a pensar en cuanto tiempo durarán nuestros ojos cruzando miradas antes de caer totalmente enamorados, a veces pienso que me hago chiquita a tu lado y otras que eres como una hormiga que puedo pisotear fácilmente, a veces pienso si tu puño arriba necesitara que tu otra mano este sujeta por la mía, a veces pienso si es verdad que terminaremos teniendo hijos maleducados que no les guste ver televisión ni comprar regalos a sus abuelos en navidad. Pero a veces también dejo de pensar y comienzo a sentir,  y es ahí justo cuando comienza mi jodida suerte, interpreta jodida como quieras, puede ser como ganarse la lotería o como ponerse la soga al cuello con la que serás ahorcado. Siento que te quiero en las gotitas de lluvia que están cayendo los primeros días del año, en lo frío de mi nariz de tótem, en las canciones que me mandas, en todas las que yo no te mando, en las notitas que pienso dejarte en medio de los libros, en la cerveza que nunca te di el día que te conocí y en la que tiraste antes de nuestro primer beso a ritmo de Pink Floyd. Me gustas cada vez más, déjame escalar por toda tu columna, plantarme en tu cabeza y saber que es lo que diario ensucia tus camisas, que hace que salpiques carcajadas, que te gusta comer a las tres de la tarde, que caminos son los que ensucian tus botas, a qué temperatura te gusta tomar el café y por qué tomas mi mano tan fuerte. Quiero entrar en tu laberinto y nunca encontrar la salida, quiero perderme en cada pedacito de ti, no sé si  me corras a los dos minutos, al próximo otoño o en treinta años, pero ahora quiero quedarme aquí, a tu lado, recargarme en tu hombro, contarte los lunares y lo patética que puede ser mi vida.